Nos gusta pensar que los muñecos -más conocidos como kekos- tienen personalidad propia. Aquí tenéis una pequeña selección de los que podréis encontrar en el mercadillo que celebramos este sábado. Los hay asiáticos, los hay latinoamericanos, los hay europeos. Lo dicho: tienen nombre propio porque tienen personalidad propia. 
Sopa de Príncipe es una fábrica de muñecos que nos enamora desde hace años, así que volvimos a visitarlos en su tienda del barrio de Palermo, y volvimos a llenar nuestra mochila con algunos de sus especiales y achucables seres.
Cada vez tenemos menos bolsas de plástico en casa, pero siempre hay alguna, y ¿dónde las metemos? Pues nosotros nos encontramos con este gallito de rayas y no nos pudimos resistir.
Moni, una amiga de una buena amiga, me descubre en una estupenda cena el mundo de Paula Duró, lleno de imaginación y color.
Hay ideas que tienes en la cabeza, y que nunca encuentras el momento o el tiempo para materializar... El otro día, paseando por el barrio de Palermo, una de esas ideas materializados por otros me llamó desde un escaparate, y se vino conmigo.
Cremalleras que suben, cremalleras que bajan, cremalleras que se traban, cremalleras que se enroscan... Cremalleras, cremalleras, cremalleras.
Los escaparates se inspiran e inspiran... Esas montañas de totora que guardo en el taller, van tomando formas por sí solas...
Quiero llenar mi casa de mil cactus como este, y convertir mi salón en un desierto lleno de luz y color.
Paseitos mañaneros por el barrio de Martínez, en el gran Buenos Aires. Y entre salida y entrada, encuentro una tienda pequeña y lunática, llena de pequeños detalles, como esta zincha del color de los buenos sueños.
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