El collar de Fer fue el primero. Le tenemos un cariño especial, porque sí y porque está hecho con estas manitas y con cuentas de cinco continentes. Es nuestra pieza más étnica, pero se le notan ramalazos pop en sus pequeñas explosiones de color. Es unisex, pero son los chicos los que acaban cayendo y llevándoselo a casa, pero se llevan uno único, porque no hay dos iguales, ni los habrá.
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