Hace un año, en el barrio del Once de Buenos Aires, compramos seis ovillos de algodón cortado en tiras finas. Y es que a veces compramos cosas que no sabemos para qué vamos a utilizar. Y las guardamos. Y un buen día nos viene a la cabeza para qué las vamos a utilizar. Y eso es lo que ha pasado con los ovillos de algodón que compramos en el Once, que se han empezado a desparramar por camisetas y faldas. Y todavía no sabemos muy bien si nos ha vuelto a salir un árbol porque el campo (dejamos de vivir en Madrid hace seis meses) se va haciendo cada día con nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Preciosa!
ResponderEliminar